Un día de spa, saltar en paracaídas, un vuelo de bautismo, una noche en un hotel de lujo, o entradas para una obra de teatro. Todas estas opciones de obsequios que ofrecía la empresa de regalos de experiencias Bigbox se dieron de baja el 20 de marzo cuando la cuarentena empezó a regir en el país. ¿Qué hacer entonces cuando tu negocio se restringe de la noche a la mañana? Como en todo buen emprendimiento argentino la respuesta fue seguir remando.
Gastón Parisier, CEO y fundador de la empresa, comenzó 2020 festejando los 10 años de la firma con un viaje junto a su gerencia a Israel para inspirarse con el modelo emprendedor que se respira en la startup nation. Ya desde allí anticipó la realidad que llegaría a estas latitudes y decidió prepararse para lo peor.
Como resultado, aunque es cierto que el negocio se vio afectado, la empresa siguió a flote. Sus experiencias se reconvirtieron, apuntalaron la pata de negocios con clientes corporativos y hasta continúan los planes de expansión por la región (hoy están en cinco países): «La conectividad te permite emprender en cualquier parte del mundo y eso es lo que tenemos que aprovechar».
¿Cómo los encontró la pandemia?
Tuvimos, no sé si la palabra es suerte, pero definitivamente nuestra realidad fue un poco distinta a la de muchas empresas radicadas en la Argentina. Tuvimos diálogo con muchas empresas similares en Europa y en el mundo, nos venían anticipando las famosas cuarentenas y cierres. Entonces nos preparamos para lo peor, deseando lo mejor. Ya veníamos haciendo desde esa fecha trabajo remoto, todos en nuestras casas. Tampoco renovamos nuestros alquileres en los 16 shoppings donde estábamos. Los contratos vencían a fines de marzo y no lo renovamos porque sabíamos que no iban a ser 14 días. Y a principio de año ya habíamos suspendido nuevas contrataciones. Lo más importante de todo fue que 15 días antes ya estábamos trabajando en contenido para disfrutar en casa, que hoy representa casi el 90 % de todo lo que vendemos. Tomamos buenas decisiones a tiempo. Si bien nuestro plan 2020 era súper expansivo en contratación de personas, en crecimiento, en aperturas…todo eso lo dejamos rápidamente en stand by y así seguimos.
¿Qué planes tuvieron que pausar?
Tenemos un modelo de crecimiento omnicanal, en donde nuestro crecimiento digital en parte se da por nuestro crecimiento de retail en puntos de venta. Teníamos un plan muy agresivo de aperturas en México y Chile. Hoy la pregunta es si se postergó o se suspendió para siempre, porque todo lo que sucedió estos meses fue una aceleración de la digitalización enorme, con lo cual no sabemos si en seis a 12 meses será viable invertir en puntos de venta físicos. Creo que vamos a seguir enfocados en tecnología y venta digital. Estas cosas postergan proyectos pero aceleran otros. La moneda siempre tiene dos caras.
¿Cuáles se aceleraron?
Todos los proyectos digitales. Ahora estamos contratando gente para nuestro equipo de tecnología. Hay más gente que antes, estamos desarrollando tecnología para nosotros, para nuestros comercios y también para nuestros clientes. La demanda de desarrollo de tecnología por parte de todo nuestro ecosistema clientes, proveedores y usuarios de Bigbox creció enormemente.
Es difícil categorizarlos, ¿se consideran una empresa de tecnología?
Sí, eso está en el corazón de nuestra visión. La tecnología es el medio que usamos para las conexiones reales. Para vivir las experiencias. Hoy el 85 % de nuestras ventas son digitales, la utilización de los Bigbox es digital, todas las invitaciones y el proceso de reserva más todo el proceso de validación de regalos una vez que lo reciben los comercios pasa por ahí. Por supuesto cuando lo llevás a lo terrenal nuestra visión es que se regalen muchas más experiencias porque ese es el tiempo que compartís con la gente que querés y eso es súper offline, pero todos los circuitos para que eso suceda son digitales.
Ahora que la experiencia es tan valorada, ¿siente que juegan con ventaja?
Como te digo la moneda tiene proyectos que se suspenden y que nacen. Hoy más que nunca nuestros clientes y no clientes tienen un enorme problema de generación de cultura dentro de sus propias organizaciones. Compañías que invertían muchísimo dinero en equipar oficinas o en poner beneficios para sus empleados en las oficinas hoy se encuentran con que no está yendo. Entonces el equipo de Recursos Humanos pasa a tener un desafío que antes no tenía: cómo mantener la fidelidad y la motivación de todo este equipo humano que antes lograba en gran parte con la utilización de las oficinas. Y ahí nosotros estamos armando soluciones ad hoc para poder generar fidelidad y cultura en las organizaciones que hoy están trabajando remoto. Hoy nos convertimos en una especie de partner de negocio principalmente asociado a las áreas de Recursos Humanos, y eso representa casi el 30 % del negocio.
¿Cómo se reconvirtieron las experiencias para ser disfrutadas en casa?
A medida que fueron abriendo algunos deportes se empezó a activar la venta de todo lo que es aventura y lo mismo con las terrazas. Pero durante los meses más complicados hicimos todo lo posible para que la gastronomía llegue a las casas. No solo en formato delivery, sino en formato experiencia gastronómica, ayudando a nuestros aliados de experiencias a generar paquetes donde el usuario también cocina o termina emplatando la experiencia con instrucciones para hacerlo o hasta la música de fondo. Entonces pasa a ser un programa. Mismo lo que es coctelería y bares. También ofrecimos muchos cursos: de programación, idiomas, arte, toda una categoría. Y lo mismo con gimnasia.
¿Eso alcanzó a compensar las experiencias que dejaron de venderse?
No. Tuvimos una caída nominal de casi el 60%. Pero pensá que de la noche a la mañana la caída había sido del 100. Con 16 puntos de venta cerrados, donde para nosotros el shopping era el 33 % de la venta, más todo el inventario que no se podía utilizar. Nuestra sección de escapadas y viajes es muy fuerte y eso está totalmente paralizado. Para nosotros fue un enorme logro llegar a estar como estamos ahora, un 20 % por debajo de la venta del mismo mes del año pasado. Pudimos pasar la tormenta. No significa que esto terminó, pero por lo menos como equipo estamos más fuertes y sabemos que ante situaciones muy complejas sacamos fuerzas para salir adelante.
DESPUÉS DE LA LLUVIA
Pensando en la nueva normalidad, ¿cree que va a cambiar el concepto de experiencia?
Creo que siempre que llovió, paró… La conclusión más importante de todo esto va a ser la importancia de la conexión real, offline, entre personas. Me parece genial todo lo que se puede hacer digital, todas las nuevas herramientas para estar híper conectados, pero lo que uno extraña son los abrazos, las reuniones, juntadas, celebraciones, cumpleaños, casamientos…Y creo que eso va a volver con más fuerza y, principalmente, con más propósito y más sentido. Soy muy optimista con lo que nosotros hacemos en el largo plazo. Por supuesto que en el medio hay un corto-mediano plazo que genera un poco de incertidumbre donde ahí sí puede haber una nueva normalidad donde las experiencias cambien. Pero prefiero mirar a largo plazo, y ahí no tengo ninguna duda de que lo que se van a potenciar son las conexiones entre personas.
¿Van a seguir con la expansión por más países?
Sí. Ese es otro gran aprendizaje de todos estos meses, que es bastante más fácil de lo que creíamos expandir la compañía. Nos llevaba mucho tiempo, mucho trabajo comercial, muchos viajes sobre todo. Eso sí va a cambiar para siempre. Internacionalizarse va a ser muchísimo más fácil. Estamos mirando hoy Colombia y Brasil como posibilidad.
¿Cuál es el principal desafío de ser emprendedor hoy en Argentina?
La Argentina es un país sin moneda. Ese es el mayor problema que tiene el país y no sé hace cuánto tiempo. Uno de los grandes logros del gobierno anterior fue la ley de Economía del Conocimiento, con adhesión unánime. Sin embargo esa misma ley hoy no tiene sentido. ¿Qué sentido tiene hacer exportación de servicios para recibir dólares a 80 menos los impuestos a la exportación de servicio cuando el dólar Bolsa, MEP y contado con liqui están 170? Se creó todo un marco legal para fomentar a los emprendedores que dada esta situación ya ni tiene sentido lo que dice. Es muy difícil.
Está involucrado en muchos círculos de emprendedores, como Endeavor. ¿Cómo nota a sus pares? ¿Siguen optimistas o cada vez menos?
Yo soy muy optimista y mis pares también. Pero si hay un momento para darse cuenta que el talento argentino lo que tiene que hacer es expandirse regional y globalmente hoy quedó clarísimo. Y lo que quedó clarísimo es que se puede, que las herramientas existen y que va por ahí. Nosotros tenemos 90 personas en la Argentina y hoy operamos cuatro países fuera del país. Cada minuto que le dedicamos a un proyecto en México tiene más sentido que cada minuto que le dedicamos a un proyecto en la Argentina. Pero no pasa ni por falta de voluntad, ni por ser pesimista, pasa por tener un país que no tiene moneda. Si no tenés moneda no podés proyectar inversiones, no podés conseguir financiamiento, no podés atraer talento. Es una cuenta pendiente que si se resuelve, junto con un esquema impositivo que promueva la inversión, la Argentina tiene talento del mejor del mundo.
¿A futuro qué planes tienen?
Nuestro gran proyecto para este año eran las listas de casamientos. No hubo casamientos. Pero creemos que este año va a haber el doble. También vamos a potenciar el vertical de viajes. Queremos seguir siendo pioneros en todo el universo de hacer regalos.
Fuente: CRONISTA.com Por Eugenia Iglasias | START-UPS ARGENTINA