“Ángeles”, aceleradoras y fondos: cómo se construye un emprendedor exitoso.
Ariel Díaz Ailán y Nahuel Candia, de Rebill, aseguran que “no hay recetas mágicas” para el éxito de una compañía en vías de desarrollo; “El camino es largo y lleva años”, desmitifican
En el universo emprendedor no hay recetas mágicas. Así lo aseguranNahuel Candia y Ariel Díaz Ailán, socios detrás de Rebill, la start-up galardonada como la empresa de mayor crecimiento según la aceleradora líder de Latinoamérica en Start-Up Chile. Los argentinos, que batallaron contra más de 600 compañías de dos docenas de países en el mundo, hablan para desmitificar relatos construidos en torno al universo emprendedor. “Se suele simplificar la industria”, advierten.
Juntos no suman más de 60 años. Candia, de 27, se lanzó a estudiar programación de forma autodidacta a los 14 años y fue CEO y Fundador de Shovel Apps (que consiguió aceleración de Google), y CTO de Ando (luego adquirida por Moova). Díaz Ailán es graduado en Administración de Empresas, con especialización en Gestión de Productos Digitales, y en su haber tiene experiencia en múltiples startups, como Shopear y Freemoni.
El proyecto Rebill comenzó en 2018, aunque no fue hasta 2020 que comenzó a operar en la Argentina. Candia y Díaz Ailán se unieron meses atrás para lanzar una fintech que se enfoca en brindar soluciones a empresas multinacionales para su gestión de suscripciones o cobros recurrentes. Entre ángeles, rondas de inversión y muchas siglas en inglés, los jóvenes se mueven en un laberinto diseñado con códigos específicos de manejo que desde hace años caminan.
¿Cómo se construye un emprendedor?
“Uno aprende a los golpes”, advierte Díaz Ailán, quien hace más de una década se dedica al emprendedurismo. Desde Área Tres, un coworking en el barrio porteño de Palermo, el Director de Operaciones (COO) de Rebill repasa su carrera.
“Pasa seguido que hay gente que le escribe a un programador y le dice: ‘Haceme un Mercado Libre’”, asegura, entre risas. En general, al proceso de emprender en tecnología se lo suele -erróneamente- simplificar, considera Díaz Ailán. “Es una empresa cuya base es la tecnología, pero no deja de ser una empresa”, afirma, y continúa sobre su ejemplo: “Es imposible replicar Mercado Libre, no es una página web. Ese desconocimiento hace que se pierda mucho en el medio”.
Errores y aciertos
Díaz Ailán y Candia coinciden: el proceso que significa crear y hacer crecer una start-up es mucho más difícil de lo que se suele hacer creer. “Estadísticamente, nueve de cada diez start-ups desaparecen”, disparan los emprendedores, y se preguntan: “¿Entonces cómo aguantás los malos momentos?”.
“El camino más fácil es ser genuino con hacer algo que realmente te interese y te motive, esa es la forma más fácil de sostenerlo en el tiempo”, remarca Díaz Ailán, quien enfatiza que son muchas las barreras que se deben atravesar. “La única forma es levantarse todos los días con ganas”, agrega.
Luego de más de diez años de experiencia en la industria, los emprendedores fueron consultados por los errores más comunes en el camino emprendedor. “El error más común está ligado a no dimensionar o simplificar todo en producto y software”, aseguran, y detallan: “No es que armo el software y lo vendo. En el medio tenés que estructurar una compañía, lo que hace más difícil negociar o comercializar”.
“¿Cómo salís a vender con veinte años? ¿Cómo le demostrás que sabés al otro?”, se preguntan, y subrayan: “Hay un montón de cosas que requieren tiempo, aunque seas muy bueno. Cuesta generar confianza”.
Por otro lado, al analizar los factores que contribuyen al éxito de una compañía en desarrollo, Díaz Ailán se detiene en su coequiper. “Tener un socio con perfil técnico para una empresa de software es clave”, analiza.
Y continúa: “Si ya emprendiste antes también es probable que te vaya mejor. El emprendedor primerizo comete muchísimos errores, como en cualquier ámbito de la vida”.
Los socios de Rebill señalan otro punto: apuntar a un mercado que sea grande. “A veces es hasta más importante el tamaño del mercado que el producto o el equipo. Vos podés mejorar en producto y equipo, podés aprender, pero si apuntás a un nicho y no lográs diferenciarte rápido es muy poco probable que puedas hacer un negocio detrás de eso”, consideran los jóvenes, que remarcan: “Hoy competís con gente de todo el mundo, entonces no llegás a tener tiempo de hacer un negocio si el mercado no es grande, porque te van a competir en todos lados”.
Millonario capital
El universo de las start-ups es una industria que mueve mucho, mucho capital. No suele extrañar cuando una compañía anuncia haber recibido millones de dólares en financiamiento, ¿pero de dónde sale?
“Hay distintos tipos de inversores”, explican los jóvenes. “Si vas a gente que no está instruida en lo que son empresas de tecnología o de un círculo íntimo, se trata de generar confianza y que vean en vos capacidad de hacer un negocio”, desarrollan.
Una vez que se sumergen en el proceso de ángeles (inversores que proveen capital a cambio de -usualmente- participación accionaria), aceleradoras (instituciones que impulsan startups mediante un programa basado en convocatorias con un plazo de tiempo estipulado) o fondos institucionales, la generación de confianza se vuelve más difícil. “Son inversores más instruidos, no alcanza con que seas un emprendedor validado, sino se tiene que demostrar con números”, señalan, y aseguran: “Levantar capital no es necesariamente señal de éxito, va a depender mucho de dónde se levanta”.
Por su parte, quienes no vienen del mundo que habilita ciertas introducciones, según los jóvenes expertos, el camino más habitual es ir a una incubadora (una empresa que se encarga de buscar futuras start-ups con potencial para salir al mercado). “No hay atajos”, advierten.
“Las noticias sobre empresas que levantan muchísimo capital es porque los emprendedores ya pasaron por un exit (método que permite a un emprendedor a vender su parte de una compañía), o porque fueron directivos de compañías top”, agregan, y subrayan “Si no el camino es largo y lleva años”.
“Vamos a un ejemplo práctico: desarrollás un software, eso lleva unos seis meses. Hasta que lanzás una versión productiva y empezás a vender, quizás ya pasó un año. Es tu primer emprendimiento… No hay receta, hay casos de todo tipo”, analizan.
Rebill
Rebill, la compañía que conducen Candia y Díaz Ailán, es una iPaaS (una plataforma tecnológica que integra las distintas aplicaciones y los datos que se generan en una empresa, Integration Platform as a Service, en ingés) que se enfoca en brindar soluciones a empresas multinacionales para su gestión de suscripciones o cobros recurrentes, y automatización financiera en América Latina.
Se trata de una plataforma de automatización e integración financiera como servicio. Proporciona a los comerciantes un panel de control único y un entorno programático, así como páginas de pago prediseñadas para que puedan vender online en varias regiones sin tener que ocuparse de los procesos técnicos. En otras palabras, Rebill es la solución plug and play para las empresas, y con la capacidad de conectarse con otros sistemas (CRM, ERP y aplicaciones de terceros).
“Rebill vino a revolucionar el comercio con sus facilidades para crear nuevos modelos de suscripciones y cobros recurrentes en toda América Latina”, aseguran desde la compañía.